Es común pensar en cómo se ve un cuerpo en forma por fuera. Los cambios externos que se obtienen con un aumento de actividad física usualmente son el principal motivador que pone a las personas en movimiento. Todos quieren ver los resultados de su arduo trabajo en la báscula y en el espejo. La idea de tener una cintura más pequeña o unas piernas más delgadas suele hacer que las personas se levanten del sofá y vayan al gimnasio, sin embargo, ¿qué pasaría si te dijera que la belleza y los beneficios verdaderos del acondicionamiento físico se encuentran debajo de la superficie?

Anteriormente he compartido que los cambios externos que se obtienen por llevar un estilo de vida activo y saludable aparecen de forma gradual. No obstante, muchos de los cambios que ocurren dentro del cuerpo realmente suceden tan pronto como comienzas una rutina de ejercicio. Creo que los cambios positivos en el interior del cuerpo superan ampliamente a los cambios que vemos en el exterior.

Lo básico del cardio

El ejercicio cardiorrespiratorio (también conocido como “cardio”) es el término que se usa para describir el ejercicio que fortalece el corazón y el sistema circulatorio. Este sistema tiene que trabajar todo el día, todos los días, para mantenernos con vida. Yo describo el ejercicio cardio simplemente como movimiento que hace trabajar más a este sistema. Las actividades como correr, andar en bicicleta y nadar son excelentes ejemplos de ejercicios cardio. En mi opinión, el cardio debería llamarse “entrenamiento para fortalecer el corazón” ya que el corazón es un músculo y el ejercicio ayuda a mejorar la capacidad de bombeo de sangre del corazón.

A continuación, te comparto tres datos importantes sobre el ejercicio cardio.

1. Frecuencia cardíaca en reposo más baja

El corazón tiene que trabajar más durante el ejercicio, ya que bombea sangre a un ritmo más acelerado. Como resultado, se vuelve cada vez más eficiente en el bombeo de sangre en general. Esto puede hacer que las actividades cotidianas parezcan más fáciles con el tiempo, ya que el corazón tiene que trabajar menos para realizarlas. Normalmente se puede observar este cambio en una frecuencia cardíaca en reposo más baja.

2. Pérdida de peso

Cuando aumentas tu nivel de actividad con el ejercicio cardio, tu cuerpo tiene que quemar más combustible para cubrir esta mayor demanda de energía. La grasa almacenada es la principal fuente de combustible para las sesiones largas de ejercicio cardio. Este aumento en el gasto de energía, en combinación con un consumo reducido de calorías, puede generar una pérdida de peso significativa.

3. Reducción de estrés

El ejercicio cardio favorece la producción de los neurotransmisores del cerebro que te hacen sentir bien, llamados endorfinas. A esta función se le denomina comúnmente “euforia del corredor”, sin embargo, jugar tenis o incluso caminar también pueden contribuir a esta misma sensación. El ejercicio cardio usualmente puede sentirse como una meditación en movimiento. A medida que comienzas a ejercitarte y concentrarte en lo que estás haciendo, tu nivel de estrés puede disminuir. Como resultado, al terminar, a pesar de estar físicamente cansado, te sientes mentalmente rejuvenecido.

Hay muchas buenas razones para incluir el ejercicio cardio en tu rutina actual, pero quizás la más importante es que es bueno para el corazón.

 


Escrito por Samantha Clayton, OLY, ISSA-CPT, Vicepresidenta de Rendimiento Deportivo y Educación Física